Si en el anterior post sobre variedades tradicionales os hablábamos de la variedad Negral , en esta ocasión venimos con la variedad perfecta con la que combinarla para producir castaña de buen calibre, hablamos de la variedad Judía.
Junto a la Longal, esta variedad es la más cultivada y muy apreciada en las plantaciones de castaño del noreste de Portugal, concretamente en las Denominaciones de Origen Protegidas de castaña “Terra Fría” y especialmente en la de “Serra da Padrela”, tanto es así que en Carrazedo de Montenegro, en el municipio de Valpaços, le tienen su propia fiesta, “Feira da castanha Judia”.
Y es precisamente aquí, en esta DOP de Serra da Padrela donde podemos encontrar la mayor mancha continua de castaños de la Península Ibérica.
Por cercanía se introdujo también en municipios gallegos limítrofes como A Gudiña, Vilardevós, Riós o A Mezquita. Según algunos estudios, la temperatura óptima de desarrollo de esta variedad ronda los 24ºC, limitando su producción cuando el calor sobrepasa los 32ºC, esto la hace muy interesante para su cultivo en zonas menos continentales, con climas más suaves, como puede ser la franja atlántica y cantábrica. Es por ello que en la actualidad muchos productores de otras zonas del norte de Portugal y Galicia se decantan por el cultivo de esta variedad.
Destaca de la Judía su presencia, entra por los ojos debido a su buen tamaño (alrededor de 60 castañas por kg) y color rojizo reluciente (“brilhosa” que dirían los portugueses). Además, es una castaña sabrosa y de buena conservación, muy adecuada para el mercado en fresco, muy utilizada y exportada a otros países. Sin embargo no se suele utilizar para la industria transformadora, ya que existen otras variedades como la Longal que presentan mejor pelado y un tamaño menor, más adecuado para la mayoría de los usos en industria.
El castaño presenta flores femeninas que suelen tener tres ovarios y cada uno de ellos tras la polinización da una castaña, sin embargo en ocasiones puede haber hasta 7 ovarios, dando lugar a erizos con un mayor número de frutos, esto en la Judía es muy frecuente, y cuando recogemos sus castañas solemos encontrar erizos de este tipo. De los erizos de Judía podemos destacar también su muy buena dehiscencia, es decir, que abren muy fácilmente, lo que hace que la recolección sea más sencilla, si la maduración es correcta incluso encontraremos muchas castañas fuera de los erizos, ya que se desprenden al caer estos contra el suelo.
La época en la que podemos comenzar a recoger estas castañas será a mediados de octubre, ya que se trata de una variedad entre semiprecoz y semitardía. Las castañas, en función de la época de producción se pueden clasificar en tres categorías, aunque debemos tener en cuenta que las fechas pueden variar dependiendo del año y las zonas:
– Precoz: antes del 11 de octubre, como en el caso de todos los castaños híbridos.
– Semiprecoz: entre el 11 y el 25 de octubre como la Negral, Ventura o De Parede.
– Semitardía entre el 26 de octubre y el 10 de noviembre como Amarelante o Famosa.
– Tardía posterior al 11 de noviembre, sería el caso de la Longal o la extremeña Verata, las castañas más tardías que encontramos en la península.
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