La tinta del castaño, causada por Phytophthora cinnamomi o Phytophthora cambivora, es una de las enfermedades más graves que afectan a los castañares europeos. El género Phytophthora, cuyo nombre proviene del griego phytón (planta) y phthorá (destrucción), fue descrito por primera vez en 1875. Estas especies, aunque frecuentemente clasificadas como hongos, pertenecen en realidad al grupo de los oomicetos, organismos protistas con afinidades más cercanas a las amebas que a los hongos verdaderos.

Orígenes y propagación del patógeno

El agente causal de la tinta es originario de Asia y llegó a Europa entre los siglos XVII y XVIII, probablemente en la tierra usada para transportar plantas vivas en barricas. Su adaptación a suelos húmedos y climas templados permitió su rápida diseminación. Los castaños europeos (Castanea sativa) resultaron altamente sensibles, mientras que los castaños asiáticos (Castanea crenata y C. mollissima) presentaban una resistencia natural adquirida a lo largo de la coevolución con el patógeno.

La tinta supuso un punto de inflexión para los castañares europeos entre los siglos XVIII y XIX, coincidiendo con la introducción de nuevos cultivos como el maíz y la patata, que contribuyeron al abandono del castaño. Afortunadamente, el auge del consumo de castaña en fresco y la industria de transformación han revalorizado el cultivo en décadas recientes.

Castaño afectado por tinta con ramificación seca y sin follaje, síntoma avanzado de podredumbre radicular provocada por Phytophthora cinnamomi.
Castaño muerto por ataque de Phytophthora (Sinde 2015).

Sintomatología y diagnóstico

La enfermedad comienza con la muerte de las raíces absorbentes debido a la podredumbre radicular. El sistema vascular se obstruye por una sustancia gomosa oscura, rica en fenoles oxidados. En estados avanzados, la podredumbre alcanza la base del tronco. Los síntomas visibles incluyen amarillamiento y caída prematura de hojas, menor tamaño foliar, puntisecado, disminución de la fructificación y, finalmente, muerte del árbol.

El diagnóstico se realiza mediante el aislamiento del patógeno desde las raíces infectadas o la rizosfera.

Biología del patógeno y mecanismos de infección

En el suelo, el patógeno sobrevive como clamidosporas, estructuras de resistencia de paredes gruesas que permanecen viables en condiciones adversas o sin huésped. En condiciones óptimas de humedad y temperatura, germinan y forman esporangios que liberan zoosporas. Estas esporas flageladas pueden desplazarse por el agua del suelo y acceder a las raíces a través de heridas, especialmente tras labores de arado o escarificado.

Las zoosporas enquistadas pueden persistir semanas en suelo húmedo. La infección se propaga por ciclos sucesivos de esporulación. La actividad humana, como el transporte de plantas y maquinaria contaminada, constituye el principal vector de diseminación.

Esquema ilustrado del proceso de infección por tinta del castaño: entrada de zoosporas por heridas en la raíz, favorecida por calor y humedad.
Esquema de dispersión de la tinta por zoosporas que penetran en las raíces del castaño, especialmente cuándo éste se somete a cortes debido al arado de las tierras (Fernández de Ana-Magán et al. 1998)

La tinta en altitudes superiores a 600 m

Si bien es cierto que la enfermedad es menos frecuente por encima de los 600–700 metros, debido al mejor drenaje, menor temperatura y aislamiento, su presencia no puede descartarse. Las nuevas plantaciones pueden introducir el patógeno incluso en zonas montanosas si no se extreman las precauciones.

Estrategias de control: resistencia genética e híbridos

No existe tratamiento sintético eficaz en campo. Sin embargo, el uso de castaños híbridos europeos-asiáticos ha supuesto un avance crucial. Aunque no inmunes, presentan distintos grados de resistencia. Destacan clones como Marsol, Marigoule, Bouche de Bétizac o 1482.

Estudios como el de Dinis et al. (2011) demostraron que, tras inoculación con P. cinnamomi, el 100 % de las plantas híbridas sobrevivieron, frente al 88 % de mortalidad en C. sativa. Las plantas resistentes mostraron menor reducción del potencial hídrico foliar, sin alteraciones fotosintéticas, y un incremento de almidones, fenoles y azúcares solubles.


Diferencias en cuánto a resistencia a la tinta en condiciones de cultivo del NW Ibérico de clones híbridos (Fuente: CIFL e Hifas Foresta*).
* Resultados obtenidos en investigaciones propias, por lo que pueden no coincidir con otras clasificaciones.

Otras medidas de prevención

  • Seleccionar emplazamientos bien drenados y no proclives a encharcamiento.
  • Usar planta certificada, libre de patógenos.
  • Evitar el movimiento de tierra infectada.
  • Desinfectar herramientas entre intervenciones.
  • Monitorizar síntomas para actuar precozmente.

Conclusión

La tinta del castaño representa un reto continuo para la castañicultura, pero también una oportunidad para avanzar hacia sistemas productivos más resilientes. Con prevención, selección varietal adecuada y manejo responsable, es posible mantener la salud de los soutos y asegurar su futuro.


Souto bien conservado con sotobosque limpio y ausencia de síntomas visibles de enfermedad, ejemplo de manejo preventivo frente a la tinta del castaño.
Plantación de castaños híbridos productores directos de fruto (Sinde 2015).

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