El cultivo de setas, siendo una actividad milenaria, se redujo durante siglos al cultivo de hongos saprófitos, esto es, al cultivo de aquellos hongos que viven sobre la materia orgánica descomponiéndola. Otra cosa muy distinta es el cultivo de las setas procedentes de hongos micorrícicos, hongos que viven asociados a las raíces de algunos árboles. De esta segunda clasificación de hongos y de su fructificación hemos obtenido las trufas, que ya desde tiempos romanos se intentaron cultivar o, al menos, estimular su aparición asociándolas a las encinas y, posteriormente, a otras especies arbóreas como el castaño y el avellano.
En Hifas da Terra venimos micorrizando castaños con hongos de alta calidad de los géneros Boletus y Russula. Con los dos primeros ( B. edulis y R. virescens) obtenemos producciones de unos 200 kg /ha cuando la planta llega a una edad próxima a los diez años siempre que tengamos una serie de cuidados culturales que no afecten a las micorrizas como son el arado, la fertilización o la poda traumática. Nuestros cultivos pueden ser manejados con plantaciones adecuadas por su densidad, aportando el riego idóneo en los meses de estío y dándole a la planta unos tratamientos silvícolas con los que logramos obtener una buena producción, llegando incluso a controlar el momento de salida de las setas.
- plantar en los bordes planta de castaño micorrizada que actuará infectando con su micorriza a las otras plantas.
- micorrizar artificialmente la planta existente con inóculo de Hifas da Terra. Este segundo sistema de inoculación nos permitirá acelerar el proceso y obtener cosechas regulares, dándoles a las plantas una mayor calidad de vida en ese medio, con un mejor crecimiento, un estado más sano y una mejor producción de castañas siempre que cumplan unas determinadas condiciones silvícolas.
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