La biomasa es el combustible que, durante siglos, ha empleado el hombre para producir calor. Está constituida por materiales orgánicos procedentes de la agricultura y de los recursos forestales procedentes de los bosques. Su composición química fundamental, formada C, H, N, S, O y Cl, hace que destaque como recurso ideal para la producción de calor y otras formas de energía.
Hoy conocemos a esta biomasa procedente de producciones forestales como "biomasa forestal primaria o secundaria", según se obtenga en aprovechamientos silvícolas (directamente del monte) o en forma de subproductos de las industrias transformadoras de la madera.
Para los que amamos y cuidamos el monte, la biomasa supone un importante recurso que, desde un punto de vista económico, nos permite prestar una mayor atención a nuestros cultivos forestales o a nuestros bosques mediante entresacas de pies, podas o desbroces. De estos trabajos culturales, obtendremos una mejor calidad de productos como madera, setas, castañas y otros frutos, al tiempo que retiramos material combustible del suelo.
En países con grandes superficies forestales, la biomasa es un excelente recurso de sustitución de las importaciones de petróleo con fines caloríficos. El territorio español, y en particular en la región gallega, hay grandes reservas de biomasa, pues cuenta con una gran industria maderera así como superficies forestales susceptibles de este aprovechamiento.
Proceso
La biomasa forestal tiene un primer proceso que es el astillado y, posteriormente, puede sufrir otras manipulaciones como son el pelletizado, esto es, la obtención de sustancias energéticas por procesos de pirolisis que se puede utilizar en la combustión de vehículos como es el biodiesel.
En toda España tenemos materiales combustibles que dan un buen rendimiento energético y que antes no tenían utilidad. Un buen ejemplo son los huesos de las aceitunas. La recogida de estos materiales aporta una buena cantidad de jornales y su industrialización incrementa notablemente la plusvalía de los mismos.
Los datos
Considerando que en el mercado actual los precios del fueloil para calefacción y agua caliente sanitaria se sitúan en 732 €/t [3], y los de la biomasa forestal en 30 €/t [4], sustituir 1 tonelada de fueloil, por el equivalente en biomasa (3,75 t), significa que los costes del consumo de combustible podrían disminuir cerca del 85%.
Cada kilo de fueloil (poder calorífico de 11,25 kWh/kg)[1] puede ser sustituido por 3,75 kg de biomasa (poder calorífico medio de 3,0 kWh/kg)[2].
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