Nuestro vivero es pionero en Europa en la micorrización con Boletus edulis (no hay ningún otro vivero en Europa que lo haga y mucho menos a gran escala como nosotros) y, como supondréis, esto es gracias a años de investigación, de pruebas y de fallar hasta dar con la mejor opción.
Hoy quiero contaros algo más sobre nuestras queridas plantas…
Para que nuestros árboles frutales tengan unas características idénticas a la planta madre tenemos que clonarlas. Si, ya sé, suena a película futurista de Swatzenegger, pero realmente es un proceso tan antiguo como el estudio de las plantas. Cuando nuestras abuelas cogían una estaquilla de hortensia y la pinchaban en la tierra, estaban clonando. Ellas sabían perfectamente que saldría una flor idéntica a la que había en la planta madre y no querían tener que sembrar las semillas, para esperar y que saliese un color cualquiera. Pues eso es lo que hacemos nosotros, aunque el color nos importa un poco menos, lo que queremos es que sea una planta con muy buena madera y muy buen fruto.
Vale, lo de las hortensias está claro, pero ¿te preguntas como hacemos con los árboles? (¡Porque está claro que una rama pinchada en el suelo, no clona un árbol!)
Pues muy buena pregunta: del tocón de la planta madre salen brotes (o chupones). Estos se anillan y se les aplican hormonas de enraizamiento (para que desarrollen raíces) que son 100% naturales, sin químicos, y se tapan con tierra. Al año se pueden cortar de la planta madre y comenzaría el proceso de micorrización, si es necesario también el injertado, y siempre el crecimiento en tierra.
Es un proceso muy bonito, al fin y al cabo estamos creando nuevas plantas. Las fotos son de la clonación de un castaño madre, con los chupones ya anillados y hormonados, esperando para el próximo año y la segunda son Maria y el Dr. Magán controlando el vivero y asegurándose de que las que ya están en tierra están creciendo sin problemas.
0 comentarios