Queremos construir un lugar de interés para todos aquellos amantes de las setas, tanto por su aplicación en campo, a nivel medicinal o como conocimiento general, por ello nos estamos esforzando para lograr que grandes profesionales escriban en exclusiva para nosotros y en definitiva para vosotros un artículo semanal sobre su tema de trabajo. En este caso se trata del Dr. F de Ana Magán, nuestro director del Dpto. de I+D+ i, una eminencia en investigación nacional que dedicó su vida a la investigación en temas de micorrizas y patología forestal. En marzo del 2008 abandonó la Xunta de Galicia donde dirigía el Dpto. de Fitopatología y Micorrizas del Centro de Investigaciones Forestales de Lourizán para incorporarse a nuestra plantilla, creando el Dpto. de I+D+i y la puesta a punto de los nuevos laboratorios con maquinaria de última generación.
Castaños micorrizados.
En estos meses de invierno se están levantando en los viveros de Hifas da Terra los castaños micorrizados para prepararlos para su plantación en monte. Estos castaños se caracterizan por presentar en sus raíces nutridoras unas formaciones filamentosas y coloreadas que las recubren parcialmente y que corresponden con una asociación simbiótica formada entre uno o varios hongos y la propia raíz de la planta dando lugar a un nuevo órgano que es la micorriza.
Esta simbiosis del hongo con la raíz se da en muchos casos de forma natural pero también podemos conseguir este fenómeno artificialmente, inoculando el hongo deseado en el sistema radical, lo que denominamos micorrización.
La micorrización, como proceso fisiológico, es un trabajo en equipo que tiene por finalidad la ayuda que se prestan mutuamente estos dos seres vivos, la planta y el hongo, en un medio que es el suelo.
En este intercambio de ayuda, la planta recibe del hongo diversas sustancias nutritivas que este facilita a la misma por ser capaz de alcanzar con sus hifas lugares del suelo donde existen reservas de agua o de elementos minerales que la raíz no alcanza a captar por sí sola; el hongo, al mismo tiempo que ayuda a alimentar la planta, protege a la raíz del ataque de otros agentes patógenos mediante la emisión de sustancias antibióticas que paralizan a otros hongos, a bacterias o mismo a ciertos insectos a los que también dificultan la entrada con su protección física mediante el manto de micelio creado en el entorno de la misma a modo de un delicado guante; esta simbiosis permite a la planta vivir en lugares con problemas de toxicidad en los suelos, escasez o exceso de agua o donde los elementos minerales son poco abundantes o no asimilables para satisfacer sus necesidades.
En este trabajo en equipo el hongo recibe de la planta su alimento en forma de hidratos de carbono (azúcares); estas sustancias son elaboradas por la planta en sus hojas mediante la función clorofílica y llegan a la raíz, donde está el hongo, para su nutrición y desarrollo.
La delicadeza de estas micorrizas exigen que el transporte de la planta micorrizada deba ser muy cuidadoso protegiendo las raíces del sol y de la desecación.
Una vez bien plantados estos castaños micorrizados en su lugar definitivo, con un suelo profundo, rico en materia orgánica y fresco, esta planta tendrá un crecimiento muy rápido, dará buenas producciones de madera, castañas y a los pocos años disfrutaremos de unas setas comestibles en cantidades muy interesantes que nos aportarán un importante recurso de alta calidad y totalmente ecológico.
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